que no tengo para comer
que apenas si como
que los niños comen menos de lo que crecen
leen menos de lo que oyen
hablan menos de lo que piensan
que es fácil enfermarse y muy difícil curarse
que drogan a los pobres con drogas baratas
que drogan a los ricos con drogas caras
que drogan con televisión
con fútbol
con teléfonos
con mentiras
con espanto
con terror
que quiero ser alto y musculoso
que quiero ser flaca y tetona
que quiero tener ese auto cuando hay miles a pie
que quiero esa ropa que es mejor que mi piel
que dependemos de un jefe
dependemos de un líder
dependemos de un sueldo
que los delincuentes te envían a las cárceles
que se apropian lo de todos
y te prohiben lo de ellos
que opinan y no dejan opinar
que la mentira es millonaria y la verdad mendiga
que mi abuelo se quejó
y mi padre se queja
y yo me quejo viviendo en jaque
y dejo mis quejas de testamento
que el esfuerzo de todos es para unos
y trabajo
trabajo
trabajo
creyendo digno el único día que hace mi sueldo
y el resto del mes trabajo
trabajo
trabajo
trabajo en mi contra
(todos para uno y ninguno para todos)
que el de adelante tiene mal olor
y el de al lado feo aliento
y el de atrás es mala persona
y entonces vamos separados en este laberinto
cuya única salida está hecha para que pase una multitud
y ningún hombre solitario
que qué vas a hacer
que no podés hacer nada
que para eso están los demás
que por suerte vos...
que siempre fue así
que es así
que así será
que tengo un hijo
que tengo un alma
que tengo miedo
que ya vamos a estar mejor
que vamos a estar bien
que vamos a estar igual
que vamos a estar
que deseás comprar lo que no necesitás
quiero eso porque lo vi en la pantalla
canto eso porque lo oí en la radio
digo eso porque lo leí en el diario
pienso eso porque no me enseñaron a pensar
que lo importante es el amor
y los chicos que no lo tienen carecen de importancia
que hay vida en otro planeta aunque mueran los de acá
que yo no me meto y me quedo afuera
que vos no te metés y te quedás afuera
que el otro se mete y lo sacan de este mundo
que funcione y entonces me sumo
que allá ellos
que acá ellos
y en todas partes ellos
nos invadieron sin tocarnos
que dios es bueno
es justo
y también existe,
que iré al cielo
aunque puede estar alambrado como la tierra
que yo soy más importante que tu
yo soy más importante que el
yo soy más importante que nosotros
yo soy más importante que vosotros
yo soy más importante que ellos
soy más feliz si compro
soy más feliz si uso
soy más feliz si no soy
que no me toquen el bolsillo
que debo el dinero que me robaron
y no tengo para pagar lo que me quitan
que sacamos el olor pero no la basura
que matan y los asesinos sonríen en el cementerio
que el patroncito me caga y le limpio el culo
que mi vida va parar a un banco suizo donde nadie cuenta la pobreza
que lo importante está adentro
allí hay que cambiar mientras muchos no tienen dónde esconderse
que soy pacifista y mientras los muertos no sean por bomba considero que hay paz
que la princesa tuvo un romance y la vecina es una puta
que el artista está alcoholizado y mi amigo es un borracho
que el nene rico se equivocó y mi hijo es un delincuente
que el policía cumplió su deber y el malviviente es un asesino
que el blanco sonríe y el negro no tiene dientes
que ajustan el cinturón pero no las sotanas
que gano en lata y pago en oro
que nuestros ahorros son deudas
que la industria se importa
que mi única tierra la llevo en las uñas
que las malvinas son argentinas
y argentina no se sabe de quién es
que entierran a los negros y se llevan el petróleo
que sacan el gas y nos dejan la mierda
que encierran el agua y nos dejan la sed
que talan un bosque y muestran el arbustito que plantaron
que protesto y soy violento
que me defiendo y soy terrorista
que me dejo y soy buen ciudadano
que esto se termina
que esto recién empieza
que no nos alcanzarán las montañas para sepultarlos
Guillermo de Posfay- poesía de "La Furia del Libro"
martes, 14 de julio de 2009
sábado, 6 de junio de 2009
Capitulo para Laucha - Abelardo Castillo (fragmentito de "Cuentos Crueles")
–Abelardo –dijo ella.
Me sorprendí. Siempre que oigo mi nombre me sorprendo; siempre que lo pronuncian los que pertenecen a mi pasado, a la época en que yo era el Cacho, no éste. Suena tan falso, por lo demás.
–¿Qué? –pregunté.
–Nada. Abelardo; suena raro. Cacho –dijo de pronto, riendo como una chiquilina–. Cacho cacho.
–Laucha –murmuré.
–Tengo la piedra –dijo.
–Súbase al techo –respondí.
–Diga cuarenta.
–Piense en un perro.
–Déme una estrella.
–Cómase un dedo.
–Tráigame peras –dijo.
–Te quiero mucho.
Hablé secamente. Me miró; dijo con seriedad:
–Perdiste –e intentó reír.
–Te quiero mucho.
Entramos en el cuarto y encendió la luz.
–Ahí está. El baúl; míralo.
Yo no miraba el baúl. Deliberadamente le miraba los labios.
–Por favor –dijo.
–El baúl, sí. Está igual. Qué te pasa. –Me senté en el viejo catre y la miraba. –Qué te pasa.
Estábamos a cuatro o cinco pasos de distancia; cuando estuvimos a uno, me levanté. Nos quedamos así, a un paso. Creo que dijo algo, como si dijera que no; pero yo no me había movido y ahora estábamos tocándonos, frente a frente, con los brazos caídos a los costados del cuerpo. Pensé que esta vez el nuevo gesto iba a ser mío. Tanto como para que no se sienta culpable, pensé.
Desde la cocina llegó, destemplada por el esfuerzo, la voz de doña Isabel.
–Laura –llamó–. Vengan a ver quién vino.
Me sorprendí. Siempre que oigo mi nombre me sorprendo; siempre que lo pronuncian los que pertenecen a mi pasado, a la época en que yo era el Cacho, no éste. Suena tan falso, por lo demás.
–¿Qué? –pregunté.
–Nada. Abelardo; suena raro. Cacho –dijo de pronto, riendo como una chiquilina–. Cacho cacho.
–Laucha –murmuré.
–Tengo la piedra –dijo.
–Súbase al techo –respondí.
–Diga cuarenta.
–Piense en un perro.
–Déme una estrella.
–Cómase un dedo.
–Tráigame peras –dijo.
–Te quiero mucho.
Hablé secamente. Me miró; dijo con seriedad:
–Perdiste –e intentó reír.
–Te quiero mucho.
Entramos en el cuarto y encendió la luz.
–Ahí está. El baúl; míralo.
Yo no miraba el baúl. Deliberadamente le miraba los labios.
–Por favor –dijo.
–El baúl, sí. Está igual. Qué te pasa. –Me senté en el viejo catre y la miraba. –Qué te pasa.
Estábamos a cuatro o cinco pasos de distancia; cuando estuvimos a uno, me levanté. Nos quedamos así, a un paso. Creo que dijo algo, como si dijera que no; pero yo no me había movido y ahora estábamos tocándonos, frente a frente, con los brazos caídos a los costados del cuerpo. Pensé que esta vez el nuevo gesto iba a ser mío. Tanto como para que no se sienta culpable, pensé.
Desde la cocina llegó, destemplada por el esfuerzo, la voz de doña Isabel.
–Laura –llamó–. Vengan a ver quién vino.
domingo, 17 de mayo de 2009
martes, 28 de abril de 2009
EN LAS CALLES DE LINIERS - HERMETICA
En las mugrientas esquinas de Liniers pierdo los días
pues no me toca escapar.
El gran apego a lo ilusorio se refleja en la vidrieras
de un trucho centro comercial.
La idolatría populosa se dibuja en largas filas
para adorar y no pensar.
La piedra muerta del desvío falsamente milagrosa
sigue ocultando la verdad.
Insatisfechos, renegados que se niegan a si mismos,
faltos de calma y de piedad.
Buscan el triángulo en las niñas
para alimentar su morbo,
y masturbarse en soledad.
Ellas tambien gozan mostrandose inocentes,
son arpías, esclavas del televisor,
Viven pensando en lo externo, son adictas a la vida
buscan billetes y pasión.
Sólo transmito lo que observo,
no es una invención de mi mente, no.
Esto acontece cuando contemplo el presente
en las calles de Liniers.
Mas cuando el sol, mi fiel testigo,
da de lleno en el asfalto
y derrite el alquitrán
Los fermentos nauseabundos de la basura estancada
entorpecen mi pensar.
En la esquina un policía está peleando con su hembra;
pues esta nunca le fue fiel
bajo el paso de las vías los mendigos se revuelcan
muy pocos los quieren mirar
Y la inverbe horda humana que desciende de los trenes,
desesperada y alocada
Contamina mi cabeza y busco amarlos como sea
para no volver jamás.
Sólo transmito lo que observo,
no es una invencion de mi mente, no.
Esto acontece cuando contemplo el presente
en las calles de Liniers.
sábado, 18 de abril de 2009
viernes, 17 de abril de 2009
Eterna Inocencia - Tan Lejos
Tan lejos, tan lejos
Urcloud.com
Miras alrededor...
Ahora dime, ¿qué puedes ver?
... mientras retumban los ruidos
el fuego ajeno, la amarga hiel...
abre tus ojos...
y un fuerte golpe contra el muro
la tierra desdibujada
y más sombras...
pilares erosionados del ayer
Nada de lo construido hasta hoy
nos pertenece, ni tampoco su ilusión
Sólo hay vientos y cenizas
de nuestra fiebre, nuestro fuego y nuestro sol...
... y un mundo lejos
separado por dos orillas
una luz resplandeciente
una sola caída y un solo rencor
¡Ah, tiempos de odio!
cosechas de sangre sin siembras
Un terrón donde acostarse, una herramienta
un rostro suave por acariciar
... y el amor que nos ayude a cincelar
en esta tierra queda tanto por crear
¡Derramar la sangre de nuestras venas!
... es este el mundo que reclama nuestra miel
... y el rencor, sí, nos ayude a recordar
que en este mundo nada podrá ser igual
¡Derramar la sangre de nuestras venas!
Que en esta tierra queda tanto por crear...
sábado, 4 de abril de 2009
Charles Baudelaire "La transformacion del vampiro"
La mujer mientras tanto, de su boca de fresa
retorciendose igual que una serpiente a la brasa,
y amasando sus pechos en el hierro de su ballena,
dejaba correr estas palabras, todo impregnadas de almizcle:
"- yo, tengo el labio húmedo, y se la ciencia
de perder en el fondo de un lecho, la antigua conciencia"
Seco todos los llantos en mis pechos triunfantes,
y hago reir a los viejos con la sonrisa de los niños.
¡Sustituyo para quien me vea desnuda y sin velos,
la luna, el sol, el cielo y las estrellas!
Soy, mi querido sabio, tan docta en voluptuosidades,
cuando ahogo a un hombre en mis brazos temidos
o cuando abandono a los mordiscos mi busto,
timida, libertina, y fragil y robusta,
que sobre estos colchones que se pasman de emocion,
los angeles impotentes se condenarian por mi!Cuando ella hubo de mis huesos succionado toda la medula,
y que languidamente me volvia hacia ella
para rendirle un beso de amor, yo no vi más
¡Que un pellejo de flancos viscosos, todo lleno de pus!
cerre los ojos, en mi frio horror
y cuando los reabrí a la claridad viviente
a mi alrededor, en lugar del maniqui potente
que parecia haber hecho provision de sangre,
temblaban cofusamente los despojos de esqueleto,
que de ellos mismo exhalaban el grito de una veleta,
o de una enseña, al extremo de un vastago de hierro,
que balancea el viento durante las noches de invierno.
retorciendose igual que una serpiente a la brasa,
y amasando sus pechos en el hierro de su ballena,
dejaba correr estas palabras, todo impregnadas de almizcle:
"- yo, tengo el labio húmedo, y se la ciencia
de perder en el fondo de un lecho, la antigua conciencia"
Seco todos los llantos en mis pechos triunfantes,
y hago reir a los viejos con la sonrisa de los niños.
¡Sustituyo para quien me vea desnuda y sin velos,
la luna, el sol, el cielo y las estrellas!
Soy, mi querido sabio, tan docta en voluptuosidades,
cuando ahogo a un hombre en mis brazos temidos
o cuando abandono a los mordiscos mi busto,
timida, libertina, y fragil y robusta,
que sobre estos colchones que se pasman de emocion,
los angeles impotentes se condenarian por mi!Cuando ella hubo de mis huesos succionado toda la medula,
y que languidamente me volvia hacia ella
para rendirle un beso de amor, yo no vi más
¡Que un pellejo de flancos viscosos, todo lleno de pus!
cerre los ojos, en mi frio horror
y cuando los reabrí a la claridad viviente
a mi alrededor, en lugar del maniqui potente
que parecia haber hecho provision de sangre,
temblaban cofusamente los despojos de esqueleto,
que de ellos mismo exhalaban el grito de una veleta,
o de una enseña, al extremo de un vastago de hierro,
que balancea el viento durante las noches de invierno.
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