Como hijos de Latinoamerica, donde la cultura respetada siempre fue la de unas pocas cabezas henchidas de cerebro, que a pesar de ello no han sido más que un Caballo de Troya de la cultura extranjera, abrimos este espacio para que florezca bien desde abajo la nuestra, que fue, es y será de los que no aceptan lo impuesto, ni versos bellos escritos por impecables manos, que en cada frase alimentan su ego.
Por dibujar un fiel reflejo de nuestra realidad, necesariamente despreciaremos los trazos vacíos de la cultura importada que exponen en galerías los mismos que nos hunden diariamente, que nos atrofian los sentidos diciendo qué tenemos que decir y pensar, qué podemos y no decir.
No vamos a expresarnos mirando afuera, dandole la espalda a nuestra cultura, que desde hace siglos se enriquece de los laburantes de distintas partes del mundo que vienen a nuestra ciudad.
No vamos a hablar de aquellos bellos prados cuando en realidad están alambrados.
No.
A partir de ahora vamos a gritar por nuestra cuenta, el yunque va a ser martillo.
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